Nuestra capacidad en constante evolución para recrear digitalmente todo en el mundo físico hace que el Metaverso sea posible (aunque inevitable). Pero el objetivo no es sólo crear ricas experiencias en línea. Hoy podemos editar todo en el mundo digital de una manera que afecta el mundo real.

Veamos un ejemplo de un gemelo digital.  Los equipos de Fórmula 1 crean gemelos digitales de sus autos de carreras y usan el mundo digital para probar los autos a través de túneles de viento virtuales y simulaciones digitales. Esto le permite modificar piezas de automóviles en el mundo digital hasta que estén optimizadas antes de imprimir en 3D esas piezas para el vehículo del mundo real.

Se pueden ver posibilidades similares para editar o programar materiales del mundo real en nanotecnología. Manipular las propiedades y la composición de los materiales a nanoescala puede otorgarles nuevas propiedades, como pinturas autorreparables y ropa impermeable, o desarrollar materiales completamente nuevos como el grafeno, el material más delgado y resistente del mundo.  

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Y el vértice del mundo del cambio es la manipulación de organismos, como plantas, animales y humanos, editando la información genética involucrada en su crecimiento y función. Iniciativas como el Proyecto Genoma Humano han generado con éxito representaciones digitales de secuencias completas de ADN, y métodos innovadores como el método de edición de genes CRISPR-Cas9 han hecho posible editar y modificar el ADN y la composición genética de un organismo. Esta tecnología abre posibilidades casi ilimitadas porque teóricamente puede cambiar cualquier rasgo heredado de los organismos vivos. Los niños pueden adquirir inmunidad contra las enfermedades a las que sus padres son propensos, desarrollar cultivos resistentes a las plagas y adaptar los medicamentos a los humanos en función de su propia composición genética.